Nunca, y eso incluye desde el primer momento, me convenció la carrera que elegí. La gran trayectoria que habían seguido mi padre y mi hermano mayor me indicaba el camino; un camino que por supuesto yo seguí y una trayectoria que me encargué de deshacer. Después de dos años tirados a la basura me di cuenta de que si no te esfuerzas las luces que alumbran el camino acaban por apagarse y te quedas solo en la oscuridad.
Dejé el tema del relevo familiar en la cuneta y tomé la decisión que debería haber tomado algún tiempo atrás. Cambié de carrera y me metí en Medicina, porque lo que siempre había querido era salvar vidas. Sé que suena a heroico pero algo me decía que esa era mi misión en la vida. Cuando mis padres se enteraron de que me había inscrito en Medicina sintieron un gran alivio ya que pensaban que lo haría en el cuerpo de Policia.
Empecé y acabé la carrera, hecho que ya demostraba un gran progreso en mi vida. Hice las prácticas en el Elmhurst Hospital Center y acabé en calidad de residente. Mi placa dejaba a la vista de compañeros y pacientes mi nombre: Dr.Tom End. Decidí ponerme Tom en lugar de Thomas porque todos me llamaban así excepto mi madre y ahora dudaba que ella lo hiciera.
Mi apellido me marcó más de lo que pudiera haber imaginado después de mi encuentro con uno de los pacientes que tenía que operar: John Holloway, el cabrón que puso el grito en el cielo porque el doctor que le iba operar (es decir, yo) tenía un apellido que indicaba el fin de sus días. Se negaba a ser operado por mí por lo que yo le descarté también de mis operaciones previstas, lo cual no jugaba a su favor ya que el cáncer de colon que padecía se lo iba devorando a la velocidad de la luz. Después de charlar con él sobre la estupidez de su racionamiento contra mí conseguí convencerle y preparamos su ingreso para 7 días más tarde.
Le notaba muy tenso cuando iba en la camilla hacia el quirófano, tumbado, mirando las luces del techo pasar y rezando noséquecosa con las manos juntas, muy juntas. Además, para más inri, era martes 13, qué casualidad. Empezamos a operar y todo iba normal hasta que, gracias al sigmoidoscopio que había introducido en su culo, descubrí que ese maldito tumor le había perforado el colon a causa de una obstrucción grave en la parte izquierda. El final de la operación no os la podéis ni imaginar, como yo no lo imaginaba hasta que vi como la sangre incontrolada nos inundaba toda la sala. John Holloway tenía razón, su sexto sentido no fallaba, yo iba a acabar con sus días.
Decirle a sus familiares que por una complicación en la operación su marido/hermano/hijo, pero sobre todo padre, había muerto encima de la camilla de operación no fue nada fácil, de hecho hasta me llevaron a los tribunales por negligencia médica. Pero eso no fue lo que más me preocupó. Lo que consiguió quitarme el sueño fue que a partir de ese momento empezaron a morir entre mis manos muchos más pacientes. La misión que me habían encargado (o eso creía yo cuando entré en Medicina) había sido abortada.
Dios ganaba, yo perdía.
9 comentarios:
Po zi... protect me from what I want... Dile al Dr. End que siga rascando...
Y porque no ruedas tu la de "perso nella traduzione"?
Por eso no me hice médico: no fuera a entrarme una rabieta y la liaba.
¡Oye, me ha molado mil, sobre todo la frase final! Ese personaje predestinado, en plan Auster... ¡Mola!
Algo me decía que tenía que leer Brooklyn Follies! Después de 'Less than zero', eso sí.
A veces la misión del médico es ayudar a "bien-morir". O por lo menos debería serlo (véase "Mar adentro").
No sé por qué, a mí Mr. End me recuerda a House, y eso que yo no sigo la serie. Si es un austeriano personaje sometido a las leyes del destino, creo que su misión no se abortó, sino más bien comenzó a cumplirse. Siento cargarme tu final, Sus, pero es que me gusta tanto criticar...
Y en esta línea, esta claro que Mr. Holloway es un ser racional, por lo que, más que un "racionamiento", lo que hizo fue un razonamiento. Buf! qué asquerosito me estoy poniendo...
En fin, mil perdones.
En cuanto a mi admirado Auster (más admirado cuando escribe que cuando dirige), yo lo tengo claro: "Leviatán" es sublime y "El Palacio de la Luna" le pisa los talones. La putada es que después de leer "Leviatán", "El libro de las ilusiones" decepciona un poco. Tengo un amigo que después de ver "Pulp fiction" dijo: "Lo que me jode es que ahora ya no la podré volver a ver por primera vez". Quizá sea eso.
Joder, vaya invasión de tu espacio cibernético, no? Se ve que tengo ganas de escribir. Pues me voy a mi blog. Seréis bienvenidos. Xau!
Más que House me parece Hospital Central.
Jaajajaja, no me pidas perdón, tienes toda la razón, sobre todo en lo de racionamiento, vaya cagada. Tanto italiano a una se le olvida la lengua de Cenvantes (con C y V). Pero bueno, pa' escribir bien ya estás tú. Porque contarte algo sobre una cartilla de racionamiento no colaría, no??? ;)
Bueno, cagadas aparte, he escrito que su misión se había abortado porque para él su misión era la de salvar vidas, no al contrario. De hecho, cuando explico que en la placa había puesto Tom en lugar de Thomas es para hacer incapié en el hecho de que a él se la pela su apellido, no se considera un ser sometido a su destino porque su apellido sea 'End', por eso cuando se le empieza a morir gente piensa que le han abortado "su" misión.
Espero explicarme... aunque tampoco importe mucho.
PD: Anatomía de Grey. Un, dos, tres responda otra vez :)
Bueno, me recuerda a House, pero de joven, antes de quedarse cojo y tal. Antes de que se le agriara el carácter.
En cuanto a la explicación, pues sí, sí, ha quedado todo mucho más clarinete, dónde va a parar...
En fin, que creo que lo que tú dices no queda tan bien explicado en el texto, pero que tampoco importa, sabes? La historia mola y yastá.
En Paramount Comedy hacen "Becker". También es un médico cascarrabias y me río más que con "House".
"Hospital Central" ni de coña: siempre "Urgencias".
Ah, revisa tu "CeNvantes". ;)
Jajajajaja! Ni queriendo... si es que no me fijo.
Urgencias... qué grande. Aunque me traumatizó el capítulo en el que un niño se había metido una percha en el ojo.
Por ahora no conozco ni a House ni a Becker. Yo siempre llego tarde.
Se sale.
he de leerme el blog, xk recuerdo un post titulado Berlín que no leí.
p.d. Scrubs. rebota rebota y en tu culo explota.
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