De lobos, cruceros y guantes

El domingo, por fin, acabé de leer Crucero de Verano, de Truman Capote. Con éste me ha pasado lo mismo que con El Lobo Estepario: empecé devorándolos pero el hambre se me pasó y acabaron haciéndose como una de esas bolas de carne (normalmente de ternera, aunque de tierna poco) que se te hace en la boca cuando eres pequeño y de la que sabes perfectamente (tu madre también lo sabe) que acabará enrollada en una servilleta después de que decidas escupirla porque se ha reducido a un amasijo sin sustancia de color gris claro.

Ahora entiendo por qué Capote dejó abandonado el borrador de esa novela en una caja de cartón en uno de los apartamentos de los que se mudó. Lo que no entiendo es el epílogo del libro, en el que el propietario de los derechos de explotación de la obra del que, en realidad, nació llamándose Truman Streckfus Persons, cuenta los motivos que le movieron a publicar esta novela. Ahora que caigo, el dinero lo mueve todo, aunque lo de las becas Capote para nuevos escritores no está del todo mal. En Summer Crossing, Capote cuenta la historia que más tarde y con mayor brillantez contaría en Breakfast at Tiffany's; la historia de una chica que es, a la vez, dulce, ingenua, frágil, soñadora, decidida y perdida en una vorágine y una anarquía mental que le llevan de un lado para otro como si fuera un farolillo de verbena.

Lo que me pasó con El Lobo Estepario, cortesía de mi hermana, fue un error temporal. Lo leí tarde. No es que esté desencantada de la vida y que quiera dejar de explorar y de buscar el significado que encierra, pero no es lo mismo leer este libro en la adolescencia que ahora. Últimamente me aburro mucho y tengo el ánimo más bien impasible, así que la suma de las partes puede dar como resultado el "estaba claro" que me vino a la cabeza cuando leí el final de la historia del lobo de la tierra erial. Sólo para locos recuerda el libro una y otra vez. Sólo para locos y cándidos (y mira que yo lo soy).

Ahora me voy a dejar engullir por Como un guante de seda forjado en hierro, una novela gráfica de Daniel Clowes, un escritor al que el éxito de Ghost World y su posterior versión cinematográfica despegó del "anonimato". Lleva esperándome en la estantería desde el 27 de noviembre. Ésta es una buena forma de matar el tiempo, algo que, por cierto, va a acabar conmigo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy esperando que te leas 'Como un guante...'desde que me dijiste que te lo regalaron para que me lo pases. Te ofrezco Ghost World a cambio, que está estupendísimo.

Aire, Aire!!

Darko Wiggin dijo...

1//Por supuesto escupí la bola esteparia antes de que se me atragantara

2//Agradable breakfast, sip...

3//El aburrimiento también es la madre de buenas ideas

Sus dijo...

Patata, acepto el trueque encantada :D
Por cierto, te está gustando el que te dejé de Beigbeder? Ah, tenemos que hablar del club de lectura de la Ribera!

Darko, ya he encontrado la razón de mi dejadez... así que igual me salvo :P

Antogno dijo...

Dioos! el lobo estepario, o ese libro que en mi vida he empezado a leer 8-9 veces (sin exagerar) y no he pasado de la pagina 50.

Sus dijo...

Jajajaja, ya lo digo yo... el principio es lo mejor. Después: BOLA.
Pero lo acabé, maté al lobo estepario (me costó dos meses)!