Estrellas Supernova

La F1 es espectáculo. Para cualquier seguidor apasionado de este deporte, esto es una verdad irrefutable. Sin embargo, no es la pasión el único ingrediente que me mueve a hacer esta afirmación. Como cualquier disciplina artística que se precie, la categoría reina del motor tiene elementos que se repiten y que permiten clasificarla como tal.

Uno de los elementos más importantes es el star-system. Ese grupo de afamados que, por méritos propios o no, se alimentan no sólo de su trabajo, sino también de la admiración de la gente corriente, personas que desearían tener su carisma, su presencia, ser como ellos. Este grupo, lleno de "hijos de", "novias de", pero también de auténticas leyendas, se encuentra, como no podía ser de otra forma, en la F1.

Ayer, el más grande, el que se fuera de vacaciones 7 veces con el título de Campeón del Mundo de F1 bajo el brazo, anunció su regreso. Michael Schumacher va a sacudirle el polvo a su mono rojo de Ferrari para enfundárselo y sustituir a Massa en el GP de Valencia. Aunque terminó su etapa como piloto hace 3 años, la lealtad que siente hacia los de Maranello es más fuerte que cualquier promesa. Una promesa rota que ningún seguidor del Kaiser llorará. A no ser que sea de alegría, claro. Ni Felipe Massa imaginaría un sustituto mejor.

Las credenciales del alemán son tantas que no caben en el F60 de Ferrari. Todo el mundo lo sabe. Que vuelva a disputar un GP es como si (para mí, claro) Los Smiths fumaran la pipa de la paz (o algo más) y sellaran su nueva amistad dando un concierto en mi ciudad. Así, sin más. Te levantas un día y sabes que, antes de acostarte, verás a Morrissey proclamar su reivindicación de luchar hasta el último aliento. Un sueño.

Schumacher ha tocado Valencia con su varita mágica. Ha sido como el recurso infalible del niño/a en el cine: gusta a todos, encandila a abuelas, padres y a sus diminutos semejantes. El que compartiera paddock con Ayrton Senna cambiará los asientos vacíos por colas en las taquillas y reventas inasequibles. Nadie se acordará de que Fernando Alonso no correrá. Al menos, no la mayor parte de los que estarán presentes en el circuito, seguidores acérrimos de Michael que pagarán lo que sea (vuelos, estancia, entrada) para ver el regreso de su estrella. Rita debe de estar celebrándolo con whisky y anchoas. Y si no, debería, porque esto no se le habría ocurrido ni en el mejor de sus sueños.

5 comentarios:

12876213 dijo...

A mí la F1 en València me da ganas de vo...lar a otro lugar en sus fechas... pero sí, es un noticia increíble que Michael vuelva a competirr....

Sus dijo...

...mitar.

Pues sí, sobre todo cuando te enteras de que la Comunidad Valenciana y Madrid están por debajo de la media nacional en gasto sanitario.

Igual te mueres antes de que te toque el turno en el médico, pero ¿y lo que mola decir que tu ciudad tiene una carrera de F1? ¬¬

Luke dijo...

Que no se entere Cuellotoro Reznor que prefieres la reunión de los Smiths antes que la de NIN :P

Sus dijo...

Es que NIN aún no se ha separado oficialmente :______(

Ya llegará, ya...

holler3 dijo...

Siempre he pensado que Rita bebía ginebra y no whisky... y siempre he pensado que lo llevaba escondido en el bolso... ahora sé que de Louis Vuitton... con lo que cuesta su bolso, me pago un máster...
:(